Sinopsis

A 20 años de su primera aparición pública, el 27 febrero 2004, la OSY se apresta a ofrecer lo mejor de su repertorio con grandes talentos de la música: la connotada violinista Shari Mason y el director huésped Iván López Reynoso para la presentación del Concierto No. 1 para Violín de Prokofiev y obras de Lara y Schumann.

El maestro López Reynoso es restacado director connacional de orquesta y de ópera. Tomó clases magistrales con Jean Paul Penin, Jan Latham-Koenig y Avi Ostrowsky. A sus 34 años de edad, cuenta con más de 40 títulos de su repertorio operístico. Ha dirigido en EU, Omán, Suiza, España, Italia, Alemania y Perú y trabajado con artistas como Brigitte Fassbaender, Ildar Abdrazakov, Javier Camarena, Ute Lemper y Ramón Vargas.

 Shari Mason ha tomado cursos de especialización con grandes violinistas como Pinchas Zuckerman y Joshua Bell. Su repertorio incluye el Concierto para dos violines y cuerdas, Moz-Art á la Haydn, de Alfred Schnittke, y los conciertos para violín y orquesta de Johannes Brahms, Ludwig van Beethoven, Jean Sibelius y Alexander Glazunov, entre otros.

 “En la Orquesta de Viena, donde no aceptaban a mujeres, desde hace algunos años ya lo hacen. Debemos abrirnos camino, ganarnos el respeto no sólo como mujeres, sino como profesionistas”: Shari Mason, violinista y concertina de las orquestas Sinfónica Nacional y Sinfónica de Minería

Señalada como una de las compositoras de música de concierto más importantes del mundo, “la muy contemporánea y ultra innovadora” mexicana Ana Lara (según Joe Aimone, crítico musical del periódico “Olivet” de Michigan) creó en 1989 La Víspera para orquesta, una obra de apenas 15 minutos, pero intensa, con un enfoque renovador.

“Para mí el sonido no es una línea sino un cuerpo esférico y como tal tiene un centro y ese centro es el corazón, el corazón del sonido al cual hay que llegar. Ésta es mi búsqueda actual”, afirma Ana Lara, cuya obra abarca desde la música para instrumentos solistas, de cámara, sinfónica y coral hasta música coreográfica y teatral.

 El estreno de la obra de Prokofiev ocurrió el 18 de octubre de 1923 en la Ópera de París por Marcel Darrieux​ en la parte solista y Serge Koussevitzky en el podio. A cien años del recital, se ha convertido en uno de los conciertos más populares del compositor y del repertorio para violín. Igor Stravinski, quien no gustaba de la música de Prokófiev, cambió de opinión con este concierto.

La Sinfonía No 4 Opus 120 constituye la cúspide de la obra sinfónica de Schumann. Su carácter, de acusada melancolía, aunque enérgico, está ya definido en la lenta introducción. El tema principal, semejante a un arabesco, es de admirable atrevimiento, presentándose como una figura que se eleva y desciende en una dinámica ondulante que domina todo el primer movimiento.

Considerada la versión original como “más ligera y transparente en su textura”, la Cuarta Sinfonía de 1841 se sigue interpretando en ocasiones y existen grabaciones de la misma, aunque la revisada de 1853 se ha impuesto por méritos propios y es la que goza del mayor favor de público y críticos.