Con el retorno del director huésped Alejandro Basulto y la participación de Germán Asensi, considerado uno de los mejores trompetistas de su generación, la Orquesta Sinfónica de Yucatán presentará su séptimo programa de la actual temporada el 17 y 19 de noviembre en el Palacio de la Música.
Precisamente, resalta la visita del trompetista español German Asensi, quien será el solista del Concierto para Trompeta de Haydn, el único que compuso el compositor austriaco, obra al que se sumarán dos joyas: la Sinfonía No. 2 de Beethoven y Passacaglia del vienés Anton Webern.
En su ya gran trayectoria profesional, Asensi ha sido invitado a colaborar con orquestas de talla mundial como: Orquesta Nacional de España, Orquesta Sinfónica de Valencia, Córdoba, Asturias, Sinfónica de Madrid, Orquesta de la Comunidad de Madrid, etc.
Como solista ha actuado con orquestas del más alto nivel como ORTVE, Orquesta de Cámara Reina Sofía, Orquesta Ciudad de Joennsu (Finlandia) y Orquesta Excelencia. También ha recorrido las principales salas españolas como el Auditorio Nacional, Fundación Juan March, Auditorio de Zaragoza, Museo Thyssen, Palacio Real, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Sociedad de Conciertos Ciudad de Barcelona y en las principales Catedrales.
El titular huésped Alejandro Basulto retoma la batuta al frente de la OSY como lo hizo cuando dirigió las interpretaciones de los cuentos musicales “La historia de Babar, el pequeño elefante”, de Francis Poulenc, y “Pedro y el lobo”, de Sergei Prokofiev.
Compositor y director, nacido en Mérida, Yucatán, Basulto representa a la nueva generación de talentos mexicanos en composición y dirección orquestal. Su música ha sido galardonada e interpretada por orquestas y ensambles; se caracteriza por el uso de técnicas diversas, continuas referencias a la música popular contemporánea y la búsqueda de nuevos enfoques narrativos. Es un activo compositor de música para la imagen y la escena. Ha colaborado en repetidas ocasiones con los estudios Ava in Motion, en proyectos internacionales como en el Teatro Bolshoi (Circles of Lights-Rusia) y en el mapping más grande del mundo, realizado en Rumania (iMapp Bucharest).
Anton Webern fue un compositor de una brevedad asombrosa; su producción musical forma un catálogo en el que se encuentran obras de una economía y una austeridad incomparables. Nacido en Viena, estudió musicología en la universidad de su ciudad natal y se especializó en el estudio de la música antigua, particularmente la del compositor flamenco Heinrich Isaac (1450-1517), sobre quien realizó su tesis. Años más tarde, fue alumno de Arnold Schönberg (1874-1951).
En 1908, cuando iniciaba su carrera en el podio, Webern compuso su primera obra importante, la Passacaglia, Op. 1 para orquesta. La passacaglia es una forma musical instrumental que tuvo su origen en Italia como pieza de baile. Se trata, en términos muy sencillos, de una forma en la que un tema establecido al inicio de la composición se repite continuamente, por lo general, en la línea del bajo. Por encima de esta repetición constante del tema, las voces instrumentales superiores presentan una serie de variaciones sobre ese tema.
Para su Passacaglia, Op. 1, Webern propone un tema sencillo y claro, que es sometido a 23 variaciones sucesivas. Escrita para una orquesta de grandes proporciones, la Passacaglia de Webern muestra claramente algunas influencias de importantes figuras de la música germana: Johannes Brahms (1833-1897), Richard Wagner (1813-1883), Richard Strauss (1864-1949), Max Reger (1873-1916) y su maestro, Arnold Schoenberg.
Desde pequeño, Joseph Haydn (1732-1809) mostró dotes excepcionales para la música. Escribió aproximadamente 80 composiciones de música de cámara, y ha sido llamado el “padre” del cuarteto y la sinfonía. Para trompeta compuso un único concierto dedicado a su amigo Anton Weidinger, un auténtico portento de este instrumento.
En general, el Concierto para trompeta y orquesta en mi bemol mayor de Haydn es contenido en emociones, cortesano, refinado y elegante. Puede parecer algo superficial en un principio, pero en el fondo tiene una gran riqueza. El ritmo es sencillo y regular (cuadratura rítmica), con silencios intercalados, como descansos contrastantes entre temas y melodías.
La Sinfonía No. 2 en re mayor Op. 36 de Ludwig Van Beethoven representa un periodo de superación de la adhesión a Haydn y Mozart, de transición y notable avance hacia la madurez del lenguaje musical del compositor. La obra fue compuesta entre 1801 y 1802, dedicada a uno de sus más importantes amigos y protectores de Beethoven, el Príncipe Lichnowsky, y fue estrenada bajo la dirección del compositor el 5 de abril de 1803 en el Teatro An de Wein de la capital austriaca.
Los boletos están disponibles en las taquillas de la OSY en el Palacio de la Música (350 pesos) o mediante la venta en línea a través de la página web www.sinfonicadeyucatan.com.mx